Después de utilizar sin descanso los recursos “liquidación” y “oferta de último momento”, no sabemos a qué artilugio del marketing podremos apelar para conseguir que la audiencia nos acompañe nuevamente. En el programa número treinta y cinco de este ciclo, el equipo de Mi Pieza es un Quilombo se despidió sin saber realmente si volverá a realizar este particular envío que dio la radio online. Quizás el año que viene nos encontremos nuevamente o quizás optemos por mudarnos al interior, muy posiblemente Merlo, para comenzar bien de abajo con una cadena de locales comerciales.
Egresados '09. El de la derecha es Juan... y el otro????
Al margen de esta decisión clave, nos abocamos ahora a este último programa que realizó un repaso por las voces que sobresalieron durante las treinta y cinco emisiones de Mi Pieza. Antes y para estar a tono con los finales, nos comunicamos con una especialista para saber si realmente en el 2012 se viene el demonio y la destrucción del mundo. No sólo dijo que no pasará nada, sino que tampoco dijo nada.
Al término de la entrevista a Paola B, y en la voz de nuestro colaborador al aire, Facundo “el motivador”, escuchamos los comentarios y la participación de la audiencia, que de manera espontánea ganó un espacio de importancia vital para este ciclo. Vale decir que desde las primeras emisiones, cuando comenzaban a llegar los mensajes, nuestra lectura tan inmediata, que la audiencia comenzaba a enviar cualquier tipo de mensaje a través del Messenger, haciendo del feedbak unas de las características más notables que nos dio la internet como medio de comunicación.
La voz de la sabiduría, la voz premiada por años de experiencias, la abuela de este programa, la señora Lidia, protagonista indiscutida de Mi Pieza es un Quilombo tuvo su espacio en este último envío. Esta señora que supo hacer reír, que supo generar ternura y hasta despertó el espíritu combativo del público, entre otras cosas, no sabe que algunos jóvenes oyentes, nos reclamaban a través del Messenger: “para cuándo las remeras de la abuela lidia”, “queremos un www.abuelalidia.com.ar”.
El otro personaje que ganó su sección en este ciclo durante los primeros programas fue Pame, la sobrina del Topo. Cerca de la doce de la madrugada, cuando ya nos sobrepasábamos de impunidad, Pame nos llamaba por teléfono para contar las desventuras de una pequeña niña de ocho años que a partir del relato ingenuo e inocente ponía al descubierto las terribles actividades ilícitas de nuestro operador.
Por último, también nos comunicamos con Gastula, el niño adulto. Sin relatos ingenuos, sin ningún tipo de inocencia, este niñito de 14/15 años nos deleitaba con su mirada sagaz y destructiva sobre la vida adulta e infantil también. Su adultez, su madurez descarnada, podía contarnos las injusticias y las barrabasadas características de nuestra sociedad sin que nos afectara… Es que su voz, su aflautada voz de 14 años nos permitía recibir cada mala noticia con un dejo de risa y de simpatía.
El final nos llegó con el sello del ciclo, la impunidad, los comentarios descolgados, el momento para que cada uno de los que hacen este programa, hiciera lo que le viniera en gana. Y por supuesto, una nueva dosis de diga el clima con mímica. Este invento, ya no chino, ya no sé de dónde, que quiere dar el servicio del clima pero a condición de que parte del equipo adivine a partir de la mímica de Facundo, cuál fue el lugar escogido para tal caso. Todo esto al aire, mientras a la audiencia le llegan los comentarios de Nicolás, Juan y el Topo, en su búsqueda por adivinar la ciudad resultante.
Sin mucho más que decir, porque nos explayamos lo suficiente durante el último programa, aprovechamos este otro canal para agradecer la compañía, la buena predisposición y la atención brindada durante estos ocho meses de programa, de nuestros oyentes y porqué no también, de algunos entrevistados como el Dr. K, Pancho Ibáñez, Miguelius, Pacho O’ Donell, Nazareno y otras tantas personas que se prestaron para participar de este ignoto y prometedor programa de radio online. ¡Gracias!
