Desde el rincón de Tobi, un emplazamiento desde donde ya transmitimos en una oportunidad, Nicolás y Agustín montaron el estudio de transmisión, que bancó sin inconvenientes y con el acostumbrado des-orden regular del envío, el desarrollo del programa.
Pesimistas u optimistas
A partir de una nota sobre el pesimismo que reina en USA y Europa por la crisis económica, nos preguntamos si aquí en argentina podría surgir la misma sensación o si ya curtidos por nuestras reiteradas crisis, no le daríamos pelota. El tema se desvió hacia porqué ser optimista y a cómo actúa la gente con los demás de acuerdo a si es pesimista u optimista. Nosotros resultamos positivos, porque después de ver el manual del topo, deberíamos haber suspendido la emisión.
El final llegó con la salida de Pame y Prime. Ambos desde sus respectivas y conflictivas idiosincrasias nos relataron qué era de sus vidas… y comprendimos que el argentino es un ser optimista por naturaleza. Desarrollarse de un modo más o menos equilibrado cuando sus cerebros son un revuelto de berenjenas sería una causa perdida. Sin embargo, en ambos casos es una razón para ir por más.