Preparando las chauchas

Allá por el mes de abril iniciamos conexión a través de internet. Con sólo un par de micrófonos de juguete, una consola vieja y tres personajes muy poco experimentados, nosotros, empezamos lo que hoy quizás es un programa de radio a través de internet; con lo que implica, porque en el proceso descubrimos que el medio condiciona y abre caminos nuevos para el formato radiofónico y para el mensaje que deseamos transmitir.

En aquel momento, teníamos unas pocas decenas de oyentes, casi todos con algún vínculo de consanguineidad. Hoy, tenemos algunos mas, que nadie crea que esto se revolucionó; eso sí, no tenemos la más mínima relación con ninguno, conocemos sus nombres, algunos de sus comentarios, pero nunca jamás nos vimos las caras… Son los primeros oyentes que están ahí detrás del parlante o el auricular porque algo los convoca, quién sabe qué. Y además son los primeros que experimentan con una nueva forma de escuchar radio y de interactuar con el medio y el programa sobre todo.

Ahora, ¿serán los últimos oyentes de este ciclo? No lo sabemos, quizás el año que viene volvamos a seguir probando esto de la “internestor”, como gusta llamarla Nicolás. Por ahora, vamos hacia el último programa de Mi Pieza es un Quilombo, están previamente avisados.

El anteúltimo programa nos introdujo en esa situación que cualquiera vive en esta época del año… lo decimos y repetimos porque creemos que la gente quiere escucharlo: nadie quiere saber más nada con nada, quiere que termine el año, vengan las vacaciones y ya. Esto a cuento de un sueño de Agustín, donde aparecía jugando un partido de fútbol a muerte contra el vicepresidente de la compañía en que trabaja. Además, su jefe, como si fuera un DT, le daba indicaciones…siempre estaba haciendo las cosas mal. Stresssss.

En nuestro espacio de reflexión cuestionamos la construcción de estereotipos que construye la televisión nacional. Si uno busca un adolescente de clase media (con sentido común) jugando o participando de algo tiene que remontarse a ¡Cablín!, si el oyente pasó los veinticinco, al Agujerito sin fin. En la televisión actual sólo tenemos a los personajes de Casi Ángeles o a la muchachada que sale de Scombro con el 80% de la sangre contaminada de alguna sustancia. Para entender porqué sucede esto, dialogamos con el productor ejecutivo de Policías en Acción, uno de los programas emblemas de esa construcción. Quizás la conversación mas babyetchecoparezca de Nicolás para con un entrevistado.

Luego de un pasaje placentero para informar a la audiencia estudiosa cómo conseguir una buena memoria en estos tiempos de fin de año, nos introdujimos en esa sección donde abordamos alguna profesión u oficio particular y del cual tenemos alguna curiosidad. Esta vez, en “Mi amigo el profesional”, entrevistamos al beatboxer e Ingeniero de Sonido Miguelius. Aparte de contarnos detalles de su carrera, y su experiencia con el beatbox, tuvo que participar del desafío que no sé porqué le propusimos… Audio.

Para el final, la vuelta del mejor hacedor de mímica que dio la radio online, Facundo “el motivador”. Para las localidades sin director de marketing, dedicamos este juego que al cierre ofrece el servicio de clima. Podríamos decirles que para entender esta sección deberían escucharla, pero creo que ni así…

A modo de despedida, les avisamos que la diosa de la experiencia, la abuela Lidia, estará para el cierre del ciclo; Pame, la niña con destellos de adulta esquizofrénica también será parte del aire; Gastula, el niño adulto dirá presente… En fin, personajes y experiencias radiofónicas online que surgieron de este ciclo estarán en la escucha de la liquidación de Mi Pieza es un Quilombo. No se pierdan una oferta inolvidable (?).

Liquidación por cierre

Uno puede encontrarse un cartel con esa leyenda en un negocio el dos de marzo, y cuatro meses después volver a pasar por el mismo lugar y ver que el texto sigue intacto, y el local también… Otras veces, uno puede ver ese mismo cartel en un negocio, regresar a los tres días y encontrarse con las persianas bajas. Nada puede asegurarse ante esa clase de carteles, y como nosotros no podemos asegurar si este ciclo seguirá o no, decimos “Mi Pieza es un Quilombo”, oferta últimos días…

La emisión del jueves 12 fue particular, el equipo arrastraba dos jornadas intensas por estar a cargo del niño menor de Queremos Aire, el Ciclo Vivo Conectado. Así y todo, nos presentamos enteros y con algunos temas a tratar.

El primero de ellos se relacionó con el lenguaje, el que utilizan al día de hoy los jóvenes. Disparamos el debate a partir de dos notas en distintos matutinos. Una de ellas hablaba sobre las medidas que está tomando la Real Academia Española, por un lado, podando aquellas palabras que se prestan a confusión y según ellos son innecesarias, y por otro, aprobando el ingreso de aquellas que tienen origen en otra lengua, como el inglés. La otra nota, nos decía que los jóvenes cada vez usan menos palabras en su vocabulario cotidiano. Lo cual, nos han enseñado en la Facultad de Periodismo, puede limitarnos el pensamiento. A menos palabras, menos elementos para expresar lo que sentimos o razonamos.

El boricua y lo evidente. Mas onda que todos nosotros juntos.

En fin, decidimos arrojarle el yunque de dudas a un especialista. Esta vez, una profesora de Letras, especialista en Lingüística. La profesional se expresó a favor de los jóvenes. Nicolás la pinchó cuestionando la actitud de los jóvenes, por ejemplo, frente a los videos en los casamientos: “Nada Roberto, quiero decirte que nada, especialmente nada, te quiero y sé que nada, que sean felices”. Pero la especialista argumentó que en realidad no se trata de menos palabras sino de distintos lenguajes, a cada momento histórico o a cada época un lenguaje particular. Y ese que hoy notamos a diario en los jóvenes no es ni mejor ni peor, es simplemente el de nuestros días. Además afirmó que los videos de casamiento quizás no sean el ámbito preferido de los jóvenes y que si se los pone en una situación donde debieran elaborar frases complejas, lo harían sin problemas. Fue así que la especialista funcionó como “cama elástica” y devolvió el yunque.

Por conclusión, obtenemos que estamos, nada, ¡re bien! ¡pero mal! Así que a full, nada, saludos.

Nuestra segunda hora estuvo dedicada a un amigo, una persona de esas que rebozan de personalidad: Emanuel, el “puelto liqueño”. Fanático del reggaetón, este guía turístico virtual que conoció Mi Pieza es un Quilombo en sus primeros programas, volvió al aire para abordar uno de los enfoques que propusimos sobre el lenguaje: la extranjerización. Y por supuesto, también, para saber todo sobre el “leguetón”, la movida nocturna de Puelto Lico y lo que sea que durante la entrevista le propongamos.

La entrevista con Emanuel se extendió y nuestra versión extended del programa se suspendió porque arrastrábamos dos noches de sueño, así que pasamos a la esperada sección “diga el clima con mímica”, la que esperan todos para irse bien a dormir. Pero como no estaba Facundo, el colaborador y quien chatea cada jueves con la gente, debimos arreglarnos con los que estábamos. Así es que, propusimos otras reglas y avanzamos. Total esa parte no la escucha nadie.

A mí no me digan cómo tengo que hacer

Esa frase repiten varios por estos días…, ya lo comentamos durante la intro del programa pasado; y quizás una de las respuestas esté en la relación que actualmente existe entre los padres de la generación que despidió el siglo XX y los hijos que nacieron abrazando el inicio de un siglo XXI digital, tecnológico y de una incertidumbre notable.

El espacio informativo en esta emisión número treinta y dos se dedicó a investigar la relación existente entre los padres de la generación que hoy tiene entre 25 y 35 años y sus hijos. Resulta que los niños nacidos en la última década del siglo XX se relacionan con la tecnología de una manera sorprendente. Parecen salir de la panza ya con un manual de uso. Entonces, cuando en la actualidad todo parece estar ligado a la tecnología, son los hijos los que deben educar a sus padres sobre los usos y los modos. Para prevenirnos y continuar siendo nosotros los que manejemos el control remoto, nos comunicamos con un especialista.

El mismo nos contó de una nueva horizontalidad en la relación padre-hijo, en la toma de decisiones y en la forma de compartir los conocimientos. Si bien los padres deberán continuar marcando el camino en cuanto a experiencia, principios y valores, el especialista otorgó un papel más activo a los niños.

No opinó lo mismo la eminencia del programa, la abuela Lidia. A ella le parece que esta nueva educación liberal no hace más que perjudicar a los jóvenes que, convencidos en su “yo lo sé todo”, andan errando sin parar.

Sobre el manual de uso que traen los niños, uno o varios capítulos parecen estar dedicados a la ecología. La razón es sencilla, con la nueva sensibilidad que se respira por la problemática del clima, algunas instituciones educativas comenzaron a incluir materias sobre el cuidado del medio ambiente. Por eso, para que los padres ganen al menos en un conocimiento sobre la temática, informamos sobre los nuevos juguetes sexuales eco-friendly.

En el afán de informar un clima cada vez más federal y descentralizado, nuestro “diga el clima con mímica” cayó en una situación de auto boicot. Es que, si bien nuestro colaborador Facundo realizó la mímica de localidades olvidadas por las secciones del clima en los grandes medios, y los integrantes del equipo las adivinaron, Agustín no pudo encontrar en Internet las coordenadas climáticas..., simplemente no existían. No por nada es un quilombo.