Regresamos al aire después de dos semanas debido a la interrupción que realizó el server mexicano en la emisión pasada. Para este envío del jueves 30 de abril abrimos de modo habitual, aunque con dos agregados, la inclusión de Facu en el staff, y la utilización infundada de barbijos. No estamos contagiados por la psicosis de la nueva invasión viral pero en un mandado por la farmacia quisimos ver de qué se trataba. El único dato importante para comunicar es que cuando uno lo pide, el farmacéutico piensa que es una joda. En efecto, lo fue.
La crianza de nuestros niños (nosotros)
La producción convocó a la cantera de oyentes fieles para que nos transmitiera cómo había sido su relación con sus padres. Libertad, coerción, diálogo o el cintazo: las clásicas formas que utilizan los padres para educar a sus hijos fue el tópico sobre el que escribieron. Entonces, con las cortinas de programas juveniles de fondo, tales como la de Amigovios, Xuxa, Verano del 98 y El Agujerito sin fin, reprodujimos los testimonios de la audiencia. Casi todos coincidieron en que “las miradas” de los padres son el método más redituable a la hora de poner límites. Además, se habló de aquellos que levantan la voz o ejercen algún tipo de extorsión. De cachetazos, muy poco. Vivimos en otros tiempos.
Mientras se desarrollaba ese espacio, conocimos a la “psico”, una invitada del Topo. La psicologa fue convocada para aportar una mirada estudiosa y preparada sobre el tópico abordado. Poco sirvió, de todas formas, que introdujera al psicoanalista francés Jacques Lacan en la reflexión, en la audiencia sólo despertó un espontáneo ratoneo que precipitó el tratamiento del tema para derivar luego en un ping pong incoherente y el pedido de fotos cuidadas.
Todo esto, en verdad, allanó el terreno para la voz de la experiencia. La voz que durante diez minutos ocupa el aire con contenido real. La abuela Lidia fue clara. Nos contó que ahora los padres consultan todo a sus hijos… ¡como si ellos supieran! Entonces, “la mamá pregunta, hijito, ¿con qué ropita te viste mamá?, o, hijito, ¿qué quiere que le prepare de comer papá?” Antes no era así. Los padres elegían cómo se vestía su hijo, qué comía y otras decisiones de mayor peso. La abuela opinó que esa consulta aparentemente inocente, le genera después al niño, el hábito de discutir y elegir lo que quiere para su vida. Lo que resulta por lo menos sospechoso, porque se supone que gracias a la experiencia sabe más, y los niños, por ser tales, no la tienen.
Al término de la entrevista a la abuela, los oyentes tuvieron la posibilidad de oír a Peke en directo. El retorcido personaje que se filtra en los cortes del programa junto a su amigo Brian, realizó un careo con Nicolás. Fueron apenas unos minutos de conversación para tratar de obtener el testimonio de un niño y para descular las razones por las que se entromete en el aire de Mi Pieza. El diálogo fue tenso. De límites y castigos nos enteramos muy poco. Según Peke, la autoridad más cercana con que cuenta es un cabo llamado Milton que en vez de estar en la comisaría hace quehaceres domésticos en su casa. De por qué se filtra, tampoco obtuvimos información.
Por sí, por no, o Porcina
El final se extendió más de la cuenta y fuimos casi hasta la una de la mañana. El viernes era feriado y dispusimos de una lista de temas noventosos y ochentosos para acompañar a quienes realizaran previas para una salida. Durante ese tiempo, hubo espacio para la algarabía de la inseguridad, en las voces de los innombrables; una serie de “ping pones” inconsecuentes; llamadas a los Estados Unidos de Norte América y el final.
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